¿Te gusta el fútbol? (y II - Conclusiones)


...Semana grande para todos los seguidores y aficionadas al deporte rey...


Conclusiones:

A falta de jugar la vuelta de las semifinales de la Europa League, el tramo más decisivo de la temporada futbolera nos deja, a bote pronto, a un Real virtual campeón de liga, una final de la Champions que deja a más de uno con cara de tonto y un sinfín de chistes con Sergio Ramos como víctima...o como verdugo, según se mire. La constatación de que Joan Gaspart es un salvaje, un impresentable, un tipo entrañable, o las tres cosas juntas, no es realmente una cosa nueva, pero bueno ya saben...”me la sopla”...

En clave barcelonista, conscientes de todo lo que se ha hecho y del crédito que sigue teniendo este equipo, hay que hacérselo mirar. En la semana más importante del año Guardiola ha cambiado de sistema y las piezas en cada uno de los tres partidos, cosa más o menos aceptable y más menos que más lógica, pero lícita en cualquier caso, cuando sale bien, es él quien sale por la puerta grande, y cuando sale mal el que tiene que dar explicaciones, hasta aquí todo bien, si bien como culé lo que más me preocupa es la obcecación por una idea cuando todo el mundo ha visto que se equivocaba. El sábado contra el Madrid, el Barça, fuera de que perdonara ocasiones increíbles, de que Alves no pueda jugar de extremo, de que el trío de oro Xavi, Iniesta, Messi no esté en su mejor momento, de que jugara o no Tello, o de que Valdés no pare una... pecó, y perdió, por culpa de una alarmante falta de intensidad o de actitud, como se le quiera llamar, pero empezando por el entrenador, que no hizo nada por corregirlo hasta demasiado tarde, en el minuto 70.
Contra el Chelsea nada que decir en la ida, mala suerte, y algo más que en mi opinión podría haber hecho V.V., pero bueno; sin duda falta de recursos en la vuelta. Si bien el Barça mereció pasar la eliminatoria con un agreggate de 10-3 por lo menos, el segundo partido dejó en evidencia que no iría mal tratar de buscar un plan B para cuando con el toque no llega, y lo dice un fan incondicional del tiki-taka, ojo, pero es cierto que ese día que no estás tan preciso como de costumbre o que no sale el jugadón del Leo, no iría mal ese tipo de jugador tipo Drogba, sin ir más lejos, que puede hacer daño también en un remate de cabeza o en un cañonazo desde media distancia.
En todo caso esperemos sacarnos la espinita el año que viene.

No-conclusiones de la semana grande. Fin de ciclo. No, Hermel chato, no... caverna... nunca se puede hablar de un fin de ciclo por un resultado, aunque lo “estéis” deseando, porque perfectamente podría haber ganado el Barcelona la Champions y seguiría teniendo los mismos defectos y las mismas virtudes, y con todo, reconocido mundialmente casi de forma unánime además, sigue siendo el mejor equipo del planeta, el que mejor juega y uno de los mejores de la historia. Y lo más importante, es que sigue teniendo a Messi. Luego sí...el tiempo dirá si acaba un ciclo, si empieza otro y de quién empieza, pero hoy por hoy no se puede hablar de tal cosa por mucho que eso venda.

Para los madridistas, felicitaciones, merecieron ganar en el Camp nou porque, aun sin practicar un gran fútbol... y con algo de suerte, fue capaz de imponer el tipo de partido que le interesaba jugar, cosa que no hizo su rival. De hecho si yo fuese merengue todavía estaría mosca, ya que un Madrid más ambicioso podría haber hecho mucha más sangre de uno de los peores Barças de la era Pep, pero bueno allá cada uno. En la Champions también hay que felicitarles, gran espectáculo el miércoles, pero en este caso sí que merecieron perder ante un gran candidato. 
Visto lo visto creo que la mejor final y lo más justo habría sido un Bayern-Barça, pero cuidado con los ingleses por si acaso.

Esta semana ha vuelto a demostrar una vez más, que tanto en el fútbol como en la vida no es buen negocio subestimar a tu rival, que "quien ríe ultimo ríe mejor" y que, como decimos los catalanes...”no es pot dir mai blat fins que no és al sac i ben lligat”...
Otras conclusiones a modo de breves son: comparar a Valdés con Casillas es un sacrilegio de la misma medida que comparar a Cristiano, el que no conoce la palabra derrota, con Messi; el calendario de la supuesta mejor liga del mundo está hecho con los pies (no puede ser que el mejor partido del año se juegue en medio de las semifinales de la competición más importante); mutilar a dos equipos para una final por culpa de las tarjetas es ir en contra del espectáculo, con la excepción de los agresores (véase Terry), que todavía van más en contra; odio con toda mi alma a Siro López y sus dodotis, al hooligan Roncero, a Hermel y su bigote, a Látigo Serrano y su mierda de tirititititi, al bobo de Paco Buyo y a toda la puta caverna, los del Barça tampoco me caen bien casi ninguno, pero sigo poniendo Punto pelota y sigo haciendo zapping con Futboleros; Sergio Ramos no debería seguir creyéndose Maradona, que no lo es (si acaso se parece más a Jar-Jar, del Episodio 1 de La Guerra de las Galaxias); Gaspart debería callarse, o en su defecto intervenir exclusivamente para pedir perdón al barcelonismo por fichar a Overmars, a Christanval, al otro y al otro y arruinar al FCB; y lo siento, pero no lo podía evitar, habría que traer a un portero que le haga competencia al que tenemos, si dan dinero tampoco echaría de menos a Alves, a Adriano ni a Pedro, pero sobretodo vender a Keita, por favor, según el Sport lleva aportando fuerza y músculo todo el año al centro del campo, y según el 'Guardi' es muy buen nene...

En fin, tiempo añadido en lo que se refiere a la temporada de clubs, lo más probable es que el Madrid gane la Liga, el Barça la Copa, el Atlético o el Athletic la Europa L., el Bayern la Champions...y que no se venda a Keita... pero ya se sabe... "fútbol es fútbol".

PUBLICADO POR FERRAN

Con toda la humildad... y con todo el cariño, el respeto y la admiración ;-)

¿Te gusta el fútbol?


Semana grande para todos los seguidores y aficionadas al deporte rey. Primeramente ida de las semifinales de la Champions y de la Europa League, emoción y taquicardias garantizadas con Madrid, Barça, Athletic, Valencia y Atlético jugándose media temporada, y traca final el sábado a las 20:00 con el enésimo “partido del siglo”. Los dos gigantes dirimen su porvenir en la competición doméstica a cinco jornadas del final de La Liga en un clásico que se prevé más intenso y decisivo que nunca, aunque puede no ser ni el más dramático ni el último del año si ambos imponen la lógica en Europa.

Como cada año, o mejor dicho como cada “derbi”, toda la maquinaria fanática y frenética de radios y televisiones nacionales se preparan para hacer el agosto a costa de maratones, especiales y redifusiones varias que nos devuelven al dejavu de una previa interminable, de vaticinios dignos del propio Kafka, y de un estruendo semejante al que esa misma mosca cojonera, salida de La metamorfosis, nos somete impidiéndonos conciliar el sueño en esas calurosas y pegajosas tardes de siesta frustrada en la playa.

En clave televisiva, los recurrentes Punto pelota y Futboleros, pero también el Efectivament y cada uno de los espacios deportivos de los sucesivos telediarios, ya nos tienen acostumbrados durante todo el año a ridículos debates, encuestas, análisis, polémicas y a ridículos a secas de la fauna futbolística, que simplemente grita, ladra, brama o grazna más cuando se acerca un acontecimiento de tales proporciones, y que solo deja de hacer ruido durante un breve lapso de tiempo en casa del perdedor, para cuando, como suele pasar después del coito, se da carpetazo a un posible post-partido en consecuencia con las preliminares hasta que a otra cosa mariposa.

A lo Cuarto Milenio, de estas tertulias con pinta de clandestinas que se dan pasada la medianoche, y del extraño fenómeno que presentan, son de las que me gustaría hablar hoy.

Hace años, Estudio estadio o Gol a gol eran programas de referencia y de obligada visión todos los domingos para cualquier amante del fútbol que se preciara.
Hoy, en Cataluña el equivalente al segundo es Hat-trick, y el mismo Estudio estadio, literalmente hablando, es ese otro con pinta de antiguo y con la gracia en posición de fuera de juego que ha sido desterrado a Teledeporte, un canal deportivo que solo emite deportes que, por no ofender, casi nadie ve.

Ahora, cada domingo Punto pelota y Futboleros se reparten la porción mayor del pastel de la audiencia relativa al balompié, y por si fuera poco, exceptuando las noches del viernes y del sábado, cuando descansan, hacen lo propio durante la semana rivalizando y erigiéndose en los espacios más seguidos de su franja horaria.
Ahora bien, goles, regates, asistencias, túneles, taconazos, paradones, tácticas, rigor, equanimidad, coherencia...son todo términos que, en dichos programas, están en un segundísimo plano. Robo, hashtagg, o como se diga, robo, trending topic, lo que sea, robo, atraco, ladrón, Villarato... en cambio, están a la orden del día y siguen de moda. Primer misterio sin resolver. Nos encanta el fútbol, y aún así vemos Punto pelota.

Segundo misterio. Los que me conocen ya lo saben, y los que no, ni lo puedo ni deseo ocultarlo, sóc del Barça, y además soy de esos culés sufridores como los de antes, de los que no ven clara la victoria ni ganando 3-0 al Getafe en el minuto 80. De pequeño escuchaba la radio y veía el partido del plus codificado, y aún recuerdo como hube de devolverle las lágrimas a mis ojos tras fallar Djukic el famoso penalty que le daba al Barça su cuarta liga consecutiva en el 94. No obstante, me encanta el fútbol, e intento disfrutarlo y ser objetivo en la medida que puedo, pues creo en el fanatismo bien entendido. Es por eso que no soporto la sonrisa sibilina de Lluís Canut dando caña en Efectivament a todo lo que huela a blanco como quien no quiere la cosa, y por eso no entiendo, y de ahí el misterio, porqué sigo viendo Futboleros. Como diría ese puto portugués, perdón digo... Mourinho, “¿Por qué?” Sólo puedo llegar a la conclusión de que los barcelonistas somos masocas. Inda, Caridad, Duro, el tío ese que se parece al Idiota de La cena de los idiotas, el otro igualito al Mortadelo... Siro, Hermel, Esteva, Luque, Pedro Pablo, Gatti, Buyo, Damián, Roncero, ¡¡Roncero!!... todos ellos, en algún momento, y algunos de por vida, han despertado mi vena asesina... y sin embargo no lo puedo evitar... cuando pierden, cuando ganan, cuando lloran, cuando cantan, ahí están... sacándome de quicio. O sea que lo dicho: masoquismo.

A partir de aquí surge el tercer misterio, no habla de fútbol, pero me engancha, no puedo con casi ninguno de sus colaboradores, pero cuando llegan las 0:00 quiero ver lo que tienen que decir... entonces o no existe la fórmula perfecta, o hace falta aportar algo más al televidente para poder aguantar un programa entero por muy dado que seas a la autoflagelación. Lo explico con un ejemplo, imaginemos esa serie en la que los personajes te dan una rabia que te tiras de los pelos, en mi caso véase todos los niños de Los Serrano con Fran Perea a la cabeza, pero que sin embargo, por lo que sea, no quieres dejar de ver y no lo haces, esperando fielmente cada semana próxima su emisión... hasta que te das cuenta que todo era un sueño, que también manda huevos; pero bueno, si Punto pelota o Futboleros fuesen esa serie en cuestión, yo esperaría cada semana a que la dieran, sí, pero tras el segundo anuncio me daría igual como acabara y lo que siguiera, hasta una nueva emisión... A las 0:40 aproximadamente, en un monento de lucidez apago la tele, y hasta nunca - me digo.

A colación con la anterior entrada en la que nos preguntábamos por la relación entre televisión y sociedad, parece claro que la cuestión de si es posible dotar a esta farándula y al mundo del fútbol en general de un poco de cordura sobra estrepitosamente, pero... ¿Tan imposible ha de ser? ¿Se puede criticar al rival y al mismo tiempo reconocer sus méritos? ¿No se pueden asumir los errores de uno mismo? ¿Se puede hacer un programa atractivo para el espectador sin necesidad de convertirlo en un espectáculo dantesco? ¿Se puede equivocar un árbitro, un jugador o un entrenador, sin más?

A la vista de los hechos parece ser que no. ¡No, no y no! Pues los hechos son que nos pasamos las horas viendo como unos cuantos indocumentados - porque en este deporte especialmente un “periodista” puede decir lo que quiera y lo que sea sin necesidad de demostrarlo, de argumentarlo o de disculparse - hablan de robos, de amaños y de conspiraciones por una sola jugada, tiran líneas perpendiculares torcidas y nos traen a expertos matemáticos para que nos hablen de profundidad. Humillan al rival, discuten al profesional y al aficionado lo manipulan haciendo gala de su prodigiosa memoria selectiva; sacan punta a una declaración con más o menos intención, y disculpan una provocación en toda regla a conveniencia. Calientan los partidos y excitan a las masas por vender lo que sea menester...y nosotros, que tantas y tantas veces y en tantos y tantos mensajes entramos al trapo.

Como practicante y aficionado al fútbol de toda la vida, como parte de esta sociedad, y como espectador habitual, y fugaz, de estos programas, uno lamenta que a menudo haya que alinearse a uno de los extremos para hacerse escuchar, y para poder predicar con el ejemplo quisiera acabar dando una de cal y una de arena a los programas en cuestión, así como a sus colaboradores.

La de cal es la energía que transmiten. A altas horas de la noche se agradece un espacio que capte el interés del espectador y que aporte dosis de humor desde la pasión y la naturalidad que requieren un tema que no deja de ser un juego.

En contra diré que en concepto echo de menos más fútbol y menos ruido en los mismos. Sería interesante encontrar un punto intermedio entre Punto pelota y Futboleros y otros como Efectivament, Estudio estadio o El dia del fútbol, tal y como sería posible compaginar el amor a unos colores con la objetividad o la capacidad de ser justos en ciertas acciones que no admiten una discusión estéril entre un lado y otro de la mesa, y con el respeto por no convertir el asunto en una pelea de asiduos a la barra del bar que van salpicando de alcohol y de saliva a los espectadores.

Creo que yo esta noche volveré a darles una oportunidad y hasta que el cuerpo aguante seguiré volviendo loco al mando, que me dice que me aclare de una vez, mientras sacio mi sed de fútbol, o de lo que sea, antes de irme a dormir.

PUBLICADO POR FERRAN

¿Te gusta el fútbol?

A disfrutar de esta semana grande y de lo que queda por todo lo alto. Espero que el sábado reine la deportividad y el espectáculo y que todos sepamos estar a la altura en la victoria y en la derrota; y que en Europa tengan suerte todos los equipos españoles menos el Madrid ;-)

¡Salut i força!

Televisión y Sociedad

5 de abril de 2012. Como dice mi admirado Dani Flaco en una de sus canciones, ya llegó la primavera, las calles hace días se quedaron huérfanas de chaquetas y demás enseres invernales, y lo que queda de la unidad de urgencias de ambulatorios y hospitales después de tanta tijera recibe con los brazos abiertos a un montón de pacientes con distintos tipos de alergías, así como a otros tantos valientes que hicieron caso omiso del refranero popular. A los afectados ¡cuidado! aunque parezca una tontería sería importante no les recorten a ellos también, que no me sorprendería nada. Como cada año, a mojarse en semana santa...sin comentarios... ¿pa' qué? después de la tormenta ya habrá tiempo de sacar a pasear camisas, tirantes, carnes y dientes largos, y aunque no convendría descuidar por si acaso el paraguas, en El corte inglés ya se frotan las manos, es verano... y dentro de nada la vuelta al cole.

Hace poco más de un mes se empezaron a escribir las primeras páginas de la pequeña historia de ayertvi, después de no pensarlo bien, nos decidimos dichosos a contarle a César (que es el nombre de nuestro ordenador) y a quien le pueda interesar nuestras inquietudes acerca del circo televisivo y por ende de la sociedad, pero poco sospechábamos Mònica y yo en ese momento el sacrificio que requiere mantener un blog y tratar estar a la altura de tus cinco fans cuando el fútbol, los amigos y la casa te alquilan el tiempo, y el trabajo e infojobs te roban la creatividad y las ganas. Así es amigos, hoy 5 de abril de 2012... no tengo ni idea de qué escribir. Pero tranquilos... aplicando la misma medicina que los informativos, que tiran de El Caso cuando no tienen noticias, empezaré hablando precisamente de esos panfletos a la par oportunistas que sensacionalistas y que cada día, en todas las cadenas, al mediodía, por la mañana y por la noche se proponen darnos la hora de comer. Luego a ver donde acabamos...

Ahí están. Espacios de una hora de duración. Más de la mitad, de relleno con noticias que no lo son. Anuncios “a dojo”, que se dice en catalán...y lo que es peor, publicidad encubierta. Informaciones que cambian dependiendo del emisor. Manipulación, se llama. Sucesos inflados con todo lujo de detalles macabros, desgracias meticulosamente registradas que tiñen de sangre nuestras pantallas... En fin, sin ánimo de generalizar, nuestro pan de cada día... todo sea por el público... solo que en el mal sentido de la frase, claro... La batalla por la audiencia ha salpicado desde Matías hasta Piqueras, y un humilde servidor que sigue echando en falta a un Iñaki Gabilondo que, independientemente de las inclinaciones políticas de cada uno, ofrecía, o eso creo yo, un informativo veraz en Cuatro antes de que ésta se hermanara a Telecinco, dejando su opinión personal en eso, en su punto de vista, y no en un alegato teledirigido en nombre de la verdad. Dicho esto, también me gustaría “salvar” de la quema especialmente al telediario de La 2. Pero sigamos...

Una pregunta que he oído en la calle más de una vez: ¿que antes no había violencia de género, ajustes de cuentas, secuestros o tantos casos de corrupción como ahora? Antes... en plena dictadura, imagino. De risa. Obviando la pregunta de cuántos 'Nobels' de la paz mereció el caudillo, dejo la siguiente en el aire: ¿cómo es que cuando pasa algo realmente importante en España o en el mundo, esas noticias de color amarillo desaparecen?¿es que los malos están tan interesados en lo que pasa que se olvidan de ejercer?¿o es que no hace falta sacarlas?

En mi opinión cualquiera de los dos casos es para preocuparse, o como mínimo da que pensar.

Me inquieta creer que realmente no se da cobertura a todas las desgracias que pasan en el país, que los telediarios están desbordados como nunca y que los que se dedican a hacer daño están cada vez más locos y/o más preparados. Pero tampoco me deja mucho más tranquilo llegar a la conclusión de que la realidad no es bien bien que estos casos virulentos se sucedan hasta la multiplicación, sinó que este tipo de noticia goce de privilegio simplemente porque vende más. ¿Realmente nos interesa eso? Y tanto si es que cada vez somos más dañinos (siempre hablando a grosso modo), más morbosos o como suele pasar en estos casos es mitad y mitad, me surge “la pregunta”: ¿lo que se da en la televisión es un reflejo de la sociedad?

Por una parte, echando un vistazo rápido a la parrilla encontramos programas como Sálvame, en el que sus colaboradores más célebres son famosos por ignorantes y soeces, por haberse ido a la cama con alguna o más de una personalidad y/o por ser hombres y mujeres con cero talento y con principios transparentes; Hermano mayor, que en cada edición nos deleita con una masterclass de insultos, patadas y lanzamientos de objetos de todo calibre, el otro día en casa asistíamos atónitos como una niña gallega se liaba a mamporros con su pobre madre; o por poner algunos ejemplos, El gato al agua y Punto pelota, en los que cada noche un grupo de amiguetes de bar se hacen pasar por periodistas dejándose en la barra la objetividad, la imparcialidad y si me apuras la dignidad, hablando presuntamente de política o de fútbol, que para el caso viene siendo lo mismo.
En el otro lado de la balanza están toda esa clase de sucesos a los que antes hacía mención, fáciles de reconocer porque después de lo ocurrido siempre traen consigo la recurrente escena de la vecina cotilla, exclamando eso de “no, si se veía muy normal...” a las cámaras del España directo, del telediario de guardia o del Espejo público. Supongo que la señora en cuestión, porque suele ser una señora, no pretenderá que el asesino de turno aparezca por ahí con el cuchillo ensangrentado y con el delito escrito en la frente por muy asesino que sea, pero bueno.

Fuera de juego se encuentran los culebrones de Urdangarín, Camps y compañía, que más que de la sociedad, son reflejo de que, en la práctica, algunos individuos gozan de muchos más derechos y muchas menos obligaciones, por no decir ninguna, que el resto de los españoles. Pero esto como la lluvia de Semana Santa... ¿pa' qué?

Ahora bien, analizando el panorama televisivo actual, parece evidente que, respecto a hace algunos años, se ha extendido en España la filosofía del valetudo: así, los tabús se han reducido hasta no existir y los puntos de vista se han radicalizado hasta el extremo. Todo orientado a conseguir los objetivos. O sea, todo por el oro.

Bien, si aceptamos este hecho como una realidad... ¿pasa esto en los trabajos? ¿pasa en la calle, en el deporte o en las relaciones personales?... ¿lo que se da en la televisión es un reflejo de la sociedad? O la pregunta debería ser a la inversa, y resulta que la sociedad es un reflejo de la televisión... ¿qué fue antes el huevo o la gallina?

Lo que está claro es que la imagen que el ciudadano de a pie tiene de la realidad, de como son las cosas y de la propia sociedad en la que vive, está altamente condicionada por los medios de comunicación y, en este aspecto, la televisión es el principal exponente de este sector. La tele vende al por mayor que lo único importante es el aspecto, el dinero y la fama... y si bien no toda ella hace apología del dicho de que “más vale tener suerte que talento”... ¿porqué los programas que se presuponen íntegros tienen mucho menos seguimiento?¿hasta qué punto ha calado el mensaje del culto al cuerpo?¿qué incidencia tiene la televisión en las 'neuras' relacionadas con nuestro físico?

Mi conclusión: la televisión bebe sí o sí de la sociedad, y ésta bebe sí o sí de lo que consume, si lo que se da en televisión es un reflejo de la sociedad o es a la inversa poco importa, se trata de un hecho tan recíproco como el pez que se muerde la cola, pues una no sería lo que es sin la otra y viceversa. Los que somos críticos con la televisión tenemos la obligación de serlo con la sociedad, y en consecuencia, y como parte de un todo, también lo seremos con nosotros mismos. Uno, intenta no verse reflejado en los defectos que atisba, e igualmente pretende influenciarse positivamente por los ejemplos que merecen la pena, que los hay y muchos...y aunque lo consiga casi nunca, creo que si todos intentamos hacer este ejercicio la televisión mejorará, y con ella nuestra maltratada sociedad.


Muchas gracias a todos por vuestro tiempo.


Para acabar me gustaría parafrasear un fragmento de la obra de Carlos Ruiz Zafón: La Sombra del Viento, en el que uno de sus personajes, el inefable Fermín Romero de Torres, da su vaticinio a Daniel Sempere, el protagonista, de lo que conllevará la inmediata implantación de la televisión en España allá a mediados de la década de los 50:

La televisión, amigo Daniel, es el Anticristo y le digo yo que bastarán tres o cuatro generaciones para que la gente ya no sepa tirarse pedos por su cuenta y el ser humano vuelva a la caverna, a la barbarie medieval, y a estados de imbecilidad que ya superó la babosa allá por el pleistoceno. Este mundo no se morirá de una bomba atómica como dicen los diarios, se morirá de risa, de banalidad, haciendo un chiste de todo, y además un chiste malo.”

5 de abril de 2012. Así son las cosas - o no - y así se las hemos contado.


PUBLICADO POR FERRAN