GH o ese programa que nadie ve

Viernes, 8 de la mañana. Una oficina cualquiera…
Entras con los ojos rojos por el sueño y con unas ojeras que hace daño verlas, deseoso de comentar la gala de Gran Hermano 12+1.
Tras los buenos días de rigor y el consabido “por fin viernes”, diriges la conversación hacia el tema en cuestión.

“-¿Viste ayer la gala de GH?”

Notas como se giran hacia ti con hostilidad, como si acabaras de anunciar que tú votaste a Rajoy en las pasadas elecciones.

“-¿De verdad ves eso? Yo nunca lo veo, me parece de lo peorcito que hay ahora mismo en la tv…”Donde se ponga un buen documental de La 2…”

El desprecio que llevan implícitas esas palabras se te clava en el pecho.

“-Bueno, sí, ayer, haciendo zapping, vi un trozo… Hay que ver que gentuza”, mientes descaradamente mientras vas tragando bilis y vergüenza a partes iguales intentando justificar tamaña ofensa.

Pasan diez minutos de silencio incómodo hasta que tu compañero, como por casualidad, te suelta:

“-¿Qué pasó al final con Aris, el chico ese que pagó por entrar? ¿El que acusó a Pepe, el bailaor, de maltratador por darle una patada a Torso, ese cachorro tan mono?

Te quedas aturdido unos instantes. ¡Si ha dicho que no lo veía! En este momento lo entiendes todo, estás ante uno de esos miles de personas que niega ver Gran Hermano pero que se saben al dedillo, incluso mejor que tú, la vida y milagros de todos los habitantes de la casa. Sonríes con condescendencia y te haces el tonto dejando que siga creyendo que no le has descubierto.

Ese mismo día, 14 del mediodía. Un bar cualquiera… entra tu compañero a hacer el aperitivo.
Se sienta en la barra, pide una cerveza y coge el Marca distraídamente.

"-Hay que ver como se pasó anoche Roncero ¡Cuanto fanatismo!”

El camarero se gira cuchillo en mano.

"-Escucha éste! Si ve Punto Pelota, lo que hay que oír. Así va el país.”

Tu compañero agacha la cabeza, maldiciendo por dentro. Joder, piensa, tendría que haberle dicho lo mal que se está portando Hugo con Julia, con lo enamorados que se les veía en el vídeo de presentación.

¿Por qué nos da vergüenza reconocer que vemos ciertos programas? ¿Pensamos que se nos va a juzgar por ello? ¿Juzgamos a los demás en base al canal que más ven? Te da más prestigio ver un documental de osos polares que Hermano Mayor?
A pesar de todas las críticas que recibe y de que “nadie” ve sus programas, Telecinco continúa siendo líder de audiencia y sus programas estrella son copiados, con más pena que gloria, por sus mismos detractores.

PUBLICADO POR MÒNICA

4 comentarios:

  1. Yo creo que podemos ver los programas de televisión que queramos, faltaría más. Eso sí, hemos de ser críticos con lo que nos ponen por delante, tener nuestro propio criterio y quedarnos con la parte más fructífera para nosotros.

    La televisión es un medio de difusión al público que impacta directamente sobre nuestro juicio y manera de ver o percibir las cosas. No lo olvidemos, nos cambia, nos define de alguna manera. No dejemos que sea para mal.

    Yo digo que no, no tenemos derecho a pedir no ser judgados por lo que vemos, pues nosotros judgamos por lo que ven los demás.

    Que ocurriría si yo fuera por ahí diciendo (y sin tener que entrar en detalle):

    -Hey, viste la pelicula X de ayer, estuvo muy bien eh...

    ¿De verdad me aseguras que no me vas a judgar?

    Y si a nuestro juicio desvinculamos los gustos audiovisuales de una persona, daríamos por hecho que alguien que disfruta viendo algo immoral tampoco debe ser judgado. ¿Esto es correcto? yo creo que no podemos reivindicar el juicio, hay que reivindicar la libertad.

    ResponderEliminar
  2. ¡Gran comentario amigo!
    Gracias, muy interesante reflexión.

    Que los medios de comunicación, y en especial la tv, tienen o ejercen un gran poder sobre nosotros, hablamos de la sociedad occidental en general, es innegable.

    Supongo que todos somos pequeños jueces, de hecho el ser humano como especie tiende a juzgarlo todo, y aquello que no comparte o no entiende lo censura, sintiéndose superior en muchos casos. Por lo tanto, cuando hablamos del juicio en si entiendo que pueda ser algo inevitable. Pero, en el supuesto que tú hubieras visto esa peli x...a mi juicio puedo pensar que estás desesperado, sí...o murmurar eso de "puto pajero"...¿tengo derecho a sentirme superior por ello? ¿Estoy ejerciendo mi libertad por juzgarte cuando no me lo has pedido? ¿O estoy coartando la tuya, influenciándote hacia una inclinación en concreto?

    En tv el mando tiene la palabra, la persona es libre de decidir lo que ve y lo que no ve cambiando de canal, pero hasta que punto nos influye la opinión de los demás? es un debate complejo y con un trasfondo más profundo que el mundo de la tele como tal.

    Por último, si alguien disfrutara viendo algo a todas luces inmoral que emiten en la tv, habría que juzgar y censurar fulminantemente su propia emisión, y ampararse en el dicho de que "hay gente pa tó", pero habría que definir muy mucho que es inmoral y que no.

    Lo que está claro es que como dice Mònica al final de la entrada estos programas que pueden considerarse de dudosa moralidad son los que más audiencia tienen, sin entrar a reivindicar una cosa o la otra, plantea la pregunta de cuán hipócritas podemos ser, al menos, sin ponernos trascendentales, en el caso concreto de los gustos televisivos...

    - Ferran

    ResponderEliminar
  3. Estoy de acuerdo contigo, mi comentario solo atañe a la reflexión de si debemos o no ser juzgados por los demás.

    Además entrar en un debate de libertades es demasiado complejo. Y sobre la moralidad, solo se puede responder con ética, y creo que en eso se debería basar la televisión para decidir emitir según que.

    Además es cierto, y muy cierto lo hipócritas que somos a la hora de criticar a los demás, ya sea por ver un programa o cualquier otra cosa.

    ResponderEliminar